lunes, 24 de enero de 2011

El miedo, ese compañero inseparable

Que hay gente? después de un montón de tiempo sin escribir por aquí, y otro tanto sin escalar, 3 semanas como diría mi prima la muelles. He decidido contaros las malas experiencias de estos últimos días de escalada.

Ya sabemos todos que esto de la escalada sufre altibajos, y todo siempre está relacionado con la motivación, y la mía en estas últimas semanas no ha sido para tirar cohetes precisamente. Y esto se refleja en las sensaciones que uno tiene cuando está subido a la pared.

Para detallaros más esto que os digo os pongo como ejemplo este mismo fin de semana, hemos estado en Cuenca, el viernes lo pasé bastante mal repitiendo una de las vías que no hace mucho hacía sin problemas, Capitán Trueno. Intentando olvidar estos hecho el sábado probé Cazaprimeras, sin ser capaz de hacer cumbre, y es que el dinámico de arriba fui incapaz de probarlo ni una sola vez. Marroncitos llevaba los pantalones cada vez que cogía el primero de los invertidos y pensaba en que tenía que cojer otro y saltar.

El regalo vino el domingo cuando tras calentar en el desierto probé fortuna en Valdecabras, allí hice un 6c+ sin muchos problemas, un 7a en el que pasé bastante miedo en uno de sus chapajes y un 7a+, la perla, en el que me tiré un buen rato hasta que me decidi a levantar los pies un poco y hacer el paso. No os quiero ni decir lo mal que lo pasé... que puto miedo.

¿Dónde están esas escaladas en las que hasta me saltaba cintas sin problema para encadenar? ¿Qué cojones nos pasa por la cabeza para ir marcha atrás? Si alguno tiene la respuesta que me lo haga saber porque así no se puede seguir.