viernes, 25 de diciembre de 2009

El espíritu de la Navidad

Me acuerdo hace años, cuando era pequeño y llegaban estas fechas, la ilusión que me entraba..., la verdad que casi más por los regalos que por otra cosa, pero bueno, ilusión al fin y al cabo. Con el paso de los años la ilusión por los regalos fue cambiando por el reunirse un día con los amigos de un lado, los de otro, la familia...

Y es que son muchas las familias, sobre todo las más numerosas, las que solo en estas ocasiones se reúne, y por ello se ve la felicidad con la que te cuentan este hecho. Otras sin embargo lo ven como un día más, ya que son los mismos de siempre los que se reúnen. Bueno con la excepción del menú, que suele ser más atractivo. Mi familia se sitúa en el segundo de estos casos, y es que anoche cenamos los mismos de siempre, mi padre, mi madre, mi hermano y un servidor, por lo que la ilusión por el evento no es algo que me llame demasiado la atención.

Cruz en Ypres (Bélgica) que recuerda esta tregua

Pero mi primo, recordándome lo sucedido en estas mismas fechas hace 95 años, me ha llevado a pensar sobre el hecho, y es que somos afortunados de poder estar en casa en estos días.

Para el que no lo sepa, hace 95 años se estaba librando una de las grandes batallas de la historia, la Primera Guerra Mundial. El 24 de Diciembre tuvo una noche gélida, en la que los soldados de las tropas alemanas empezaron a encender velas, dejándose claramente al descubierto para las tropas inglesas, las cuales no aprovecharon esta oportunidad. Las luces fueron posteriormente acompañadas por cánticos navideños, al que se unían soldados de ambos bandos, dejando sus armas a un lado y saliendo al terreno conocido horas antes como el campo de batalla.

Uno de los testigos de aquella noche, Frank Richards contaba en su diario, como el bando inglés levantó una pizarra en la que se podía leer: "Feliz Navidad", a la que acompañó otra pizarra del bando alemán. Entonces sucedió lo impensable, y es el que dos soldados ingleses desarmados y con ambas manos en la cabeza salieron de sus parapetos para encontrarse con dos soldados alemanes de la misma forma, tras encontrarse y darse la mano, fueron acompañados por el resto de soldados de ambos bandos. Esa noche no solo compartieron el calor de una hoguera, sino que se intercambiaron pequeños regalos como tabaco, alcohol, insignias... y hablaron animosamente recordando a sus familias con las fotografías que portaban.

Ya el 26 de Diciembre los capitanes de ambos bandos una vez cubiertos todos en sus repectivas trincheras dispararon al aire por dos veces, para señalar nuevamente el comienzo de la contienda.

Así que, quienes somos nosotros para criticar estas fechas, en las que muchos hubieran dado todo para poder estar en nuestra privilegiada situación.

1 comentario:

  1. no se si creérmelo, puede que sea una leyenda urbana, pero independientemente de eso, a mi la navidad no me gusta nada, empezando por su espíritu consumista (tu mismo has dicho que cuando eras pequeño te ilusionaba quizás por los regalos) y terminando porque lo que se suponen unos días de felicidad, realmente son días de nostalgia por acordarse de los que faltan. Así que, FUERA LA NAVIDADDDDDDD!!!!!!!!!!!!
    David master class

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