El esfuerzo y la lucha por un paso más.

Un finde más nos hemos dado cuenta como el hombre del tiempo falla más que una escopeta de feria. Como daban tan mal tiempo, convencimos a la chica para que se viniera el viernes a Patones, donde llover no llovió, pero hacía un bochornazo... Hay que felicitar a Marisa que aunque en tope, consiguió encadenar un 6a.

El sábado salió un día lloviendo a muerte, pero decidimos por ir al Barraquito y acertamos, sobre todo porque aparecimos allí 8 contados. Y el domingo un gran día también amaneció en Cuenca, donde tampoco estaba ni el Tato.

Pero lo que os quería contar no es ni el tiempo que hizo ni si se encadenó un grado u otro, es la sensación que he vivido estos 2 días escalando. Hacía mucho tiempo que no era capaz de escalar concentrado, sin pensar en nada más que en los movimientos y en la roca, ajeno al asegurador, a la distancia entre chapas... Y es que esto te permite luchar hasta que no puedes más. De esta forma te pueden pasar 2 cosas, que despues de todo lo que has luchado, no consigas encadenar, donde aunque te joda no conseguirlo te queda la satisfacción del gran esfuerzo que has hecho, o el conseguirlo, que es algo que te deja con una sensación increible. Por mi parte estos días me han pasado ambas cosas y he de reconocer que me quedo con la sensación que te quedas cuando encadenas.

Y es que os puedo asegurar que la lucha que tuve contra mis antebrazos a falta aun de 3 chapajes fue brutal, si me hubiese dado por colgarme os aseguro que no me lo hubiera reprochado, porque ni por asomo pensaba llegar a la cadena, pero decidí lucharlo y a cada paso que daba notaba que no podría hacer otro, pero luchaba ese siguiente bloqueo y el siguiente y el siguiente... Y al chapar la cadena que sensación de triunfo, daba igual si era 6c que 7c, se había luchado y eso es lo que queda. Unicamente quedaba aguantar el dolor de brazos que se me quedó, porque os puedo asegurar que me dolían y mucho.